-DIOSA ROMANA-



RELATO Y SESIÓN DE FOTOS.   
SALMA PEREZ - SRA. X. 

 No luchaban por un trofeo, ni por dinero, ni tan siquiera por honor. Luchaban por su vida. Los gladiadores eran robustos, altos, sin bello en su cuerpo, con esos torsos definidos aunque llenos de marcas de sus grandes combates. Una cicatriz era una victoria. Seguían vivos.

Adrian y Augusto eran dos gladiadores en los que Salma, la esposa del nuevo Cesar, se había fijado. Eran morenos,  altos y fornidos, y si esa era la forma en la que manejaban la espada no quería ni pensar en como manejarían esa otra arma larga y dura de la eran dueños. Los deseaba. Se sentía húmeda sólo de pensar en rozar su piel, en que los dos la rozasen, la besasen, la penetrasen. Se excitaba y se tocaba pensado en que ese día estaba cerca, muy cerca.

 

Pasaron dos días y los tres se citaron en un cobertizo a las afueras de las propiedades del Cesar. Los gladiadores sólo tienen unas pocas horas a la semana de esparcimiento. Tenían que aprovechar cada segundo. Estaban nerviosos y muy excitados. Ellos nerviosos porque podían ser ejecutados sólo por pensar en ella y ella por lo que se iba a cumplir su fantasía..


 

Los dos empezaron a tocarla suavemente, a besarle. Ella se excitaba con cada roce. Le agarraron de los pechos y empezaron a tocarle su coñito. Salma agarraba sus pollas, una con cada mano, y las alternaba en su boca, lamiéndolas de arriba a abajo sin parar. Los tres estaban super calientes.





Empezaron a introducir sus dedos y después sus penes por su coñito. Cada vez más fuerte. Se alternaban sin parar. Durante más de 30 minutos la hicieron gozar con su clitoris, su coñito y sus pechos. Besándola y acariciándola para que se excitara cada vez más. Entonces la giraron y comenzaron con su culito. Adrian le comía el coñito y Augusto comenzaba suavemente con su culito, abriéndolo suavemente. Primero un dedito, luego dos, tres, y luego su gran miembro. Era el más grande de los dos.  La excitación de Salma era máxima, temblaba de placer, gozaba con cada embestida. Se intercambiaban sin dejarla descansar ni un segundo. Ella gemía dando gracias a los Dioses por ese regalo divino.
Adrian la montó en su regazo y la penetró por su coñito, Augusto entró por detrás. Ella no había sentido esa sensación nunca. La follaron en todas las posiciones posibles, cada vez más fuerte, con más ritmo. 
Augusto la azotaba produciéndole un dolor placentero que le encantaba. Aprovecharon las horas, y seguían intercambiándose para poder aguantar. Para los tres era algo nuevo, distinto y excitante y maravilloso que ni en sus mejores fantasias había soñado.



Terminaron exhaustos después de horas de sexo, de gemidos, de sudor, de decenas de orgasmos. Se vistieron sin dejar de tocarse y de desear seguir allí durante días, follando sin parar, pero debían regresar o sino sospecharían.
Regresaron por separado para no ser vistos. Ahora la lucha en el foso sería no sólo por vivir sino por repetir este encuentro y volver a follar como si la vida les fuera en ello.
Es algo nuevo, distinto y excitante  que ni en mis mejores fantasías había soñado.
Soy Salma ,una Diosa Romana Busco  Gladiadores Robustos, altos, sin bello en su cuerpo.Y CON GRANDES ARMAS.
No lucharan por un trofeo, ni por dinero, ni tan siquiera por honor. Lucharan  por llenar mis agujeros. Existe el dios del vino, el dios del mar, Y la diosa Del Sexo.

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